Waisdu Kail se despertó por la mañana. Desconocía lo que haría ese día. Desconocía lo que las Moiras le habían deparado para ese nuevo amanecer. Abrió los ojos y miró el bosque como siempre, con una sonrisa en la cara. Alegre, sonriente, feliz, de ver un nuevo día, de admirar lo que le rodeaba, de escuchar los pájaros, ver los naranjos, de sentir el frío que le adormecía la cara.
Ese día se había levantado temprano, muy temprano. Aún se podía ver la luna, y eso le hizo tener una idea: "Decidió buscar un sitio desde el que poder admirar la luna" Se levantó y empezó a caminar, a buscar sitios. Algunos le parecían buenos, pero despues penso: "Son buenos ahora, bajo la luz del sol, pero bajo la luz de la luna, este será húmedo, este estará demasiado oculto, este ..." ninguno le convencía.
Pasó el día, llego la noche, la luna vino a saludarlo nuevamente, y justo en ese instante, vio un sitio bajo un naranjo que podría estar bien, se acercó, se sentó, admiró la luna por unos instantes, y se dijo a si mismo: "Ha merecido la pena". Sonrió nuevamente, contento por el camino recorrido, felíz por las experiencias vivídas, feliz por admirar una ultima vez la luna.... y así se recostó.... y descansó de su largo viaje.......
Auf wiedersehen, Waisdu Kail
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